Journal of Food: Microbiología, seguridad e higiene

Journal of Food: Microbiología, seguridad e higiene
Acceso abierto

ISSN: 2476-2059

abstracto

Una breve historia de los alimentos para mascotas, los organismos patógenos de preocupación y la capacidad potencial de albergar grasas derivadas de animales

Kelsey Lamb, Melissa Morgan y Roberta Dwyer

El proceso de extrusión es aclamado como uno de los procesos de fabricación más eficientes y seguros para desarrollar alimentos secos destinados a almacenar estable con una larga vida útil. De manera similar, el proceso de extracción de grasa da como resultado un producto seguro y estéril que se puede utilizar para dar sabor o enriquecimiento de nutrientes. Ambos métodos han sido ampliamente aceptados para la producción de alimentos secos para mascotas seguros y estables en almacenamiento y productos relacionados con alimentos para mascotas. A pesar de la seguridad asociada con estos productos y sus métodos de procesamiento, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) emitió 235 retiros del mercado desde el 1 de enero de 2010 hasta el 1 de abril de 2018 relacionados con alimentos para mascotas, piensos para ganado, golosinas para mascotas y otros artículos especiales para animales. De los 235 retiros totales, la posible contaminación debido a Salmonella fue responsable de 124 retiros y ampliaciones de retiros. La posible contaminación por Listeria fue responsable de 19 retiros y expansiones de retiros; nueve de estos casos coincidieron con posibles retiros del mercado por contaminación con Salmonella. Una toxina Shiga que produce E. coli (STEC), E. coli O128, estuvo implicado en un alimento crudo para mascotas retirado del mercado el 26 de marzo de 2018. Se sugiere que la adición de grasas y otros compuestos nutritivos, luego del proceso de cocción principal de los alimentos para mascotas, podría contribuir a la introducción de organismos patógenos en el producto final. Se ha demostrado que las bacterias tienen más probabilidades de sobrevivir en ambientes calientes cuando hay lípidos presentes. Las grasas de origen animal, específicamente el sebo de res, la manteca de cerdo y la grasa de pato, no se han asociado con propiedades antimicrobianas. La capacidad potencial de albergar patógenos de las grasas animales debe estudiarse más a fondo.
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