ISSN: 2469-9837
Evangelia Michail Michailidou
Antecedentes: la incidencia del dolor en personas con discapacidad mental es quizás mayor que en la población general, porque existe una mayor morbilidad concomitante; por el contrario, a menudo se necesitan técnicas invasivas como cirugías. Desde la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), se propone la observación del comportamiento como herramienta para evaluar el dolor en personas con problemas de comunicación. Los indicadores conductuales de dolor indican un grupo de comportamientos verbales o no verbales observados que serían considerados como una expresión o reacción al sentimiento subjetivo de dolor experimentado por un individuo con déficit de comunicación. El problema de la evaluación del dolor en estos individuos sigue siendo grave y difícil porque el dolor desde su definición es subjetivo y en estos individuos falta la herramienta esencial de evaluación de la comunicación. El problema de identificar y tratar el dolor en personas con deficiencia mental puede ser un desafío para la comunidad actual de algólogos para más investigación y evidencia de herramientas confiables de diagnóstico y tratamiento