ISSN: 2469-9837
Gina Gordon, Sarah Dalton, Jered B Kolbert, Gibbs Y Kanyongo y Laura M Crothers
Los jóvenes que se involucran en agresiones proactivas y reactivas tienen más probabilidades de ser rechazados por sus compañeros que aquellos que no están involucrados en conflictos entre acosadores y víctimas. Con habilidades de procesamiento de información social deficientes, los niños que participan en comportamientos de acoso no poseen los niveles apropiados de empatía afectiva y cognitiva para calmar situaciones agresivas. Los jóvenes con bajos niveles de empatía cognitiva pueden comprender las emociones de los demás, pero eligen no reaccionar ante estos sentimientos. Este estudio de investigación examina la relación entre la agresión proactiva y reactiva y la empatía cognitiva y afectiva en niños de desarrollo típico, de nueve a once años. Los hallazgos de la investigación muestran que la empatía cognitiva y afectiva no son predictores significativos de agresión proactiva; sin embargo, son predictores significativos de agresión reactiva.