ISSN: 2155-9600
Peres HA, Pereira LRL y Foss MCF
Esta revisión aborda el efecto de las toxinas ingeridas, la desnutrición, el estrés, las infecciones y la contaminación electromagnética en el desarrollo de enfermedades. Algunas toxinas se transmiten por la sangre del cordón umbilical en el nacimiento y otras se ingieren por vía oral como glutamato monosódico, fructosa, refrescos, gluten, aceites, xenoestrógenos y metales pesados. En consecuencia, estas toxinas se acumulan en el organismo y sobrecargan el hígado, favoreciendo únicamente las enfermedades. La falta de nutrientes básicos como agua, magnesio, yodo, ácido estomacal, aminoácidos y ácidos grasos estaban fuertemente relacionados con la aclorhidria, el crecimiento de la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. La infección dental destruye las mitocondrias a través de gliotoxinas, mercurio, tioésteres y las infecciones orales pueden causar muchas enfermedades sistémicas. Los conductos radiculares contienen una fuente importante de bacterias y hongos en la circulación sanguínea y el tratamiento endodóntico puede ser la causa de bacteriemia anaerobia y fungemia que predisponen a la enfermedad crónica. La privación del sueño y dormir con luz encendida, tabletas, celular al lado de la cama compromete la liberación de melatonina por la glándula pineal. La contaminación electromagnética contribuye a los dolores de cabeza, la depresión, la ansiedad, las palpitaciones y estos síntomas están relacionados con la hipersensibilidad eléctrica que se ha asociado con la diabetes, la esclerosis múltiple y los trastornos por déficit de atención con hiperactividad. Por lo tanto, creemos que es necesario un cambio de paradigma en el modelo médico para investigar estos factores en sus pacientes porque actualmente esto no se está haciendo.