Aentre las enfermedades neurodegenerativas, la enfermedad de Parkinson (EP) representa la segunda más extendida. Los estudios o..56296"/> Aentre las enfermedades neurodegenerativas, la enfermedad de Parkinson (EP) representa la segunda más extendida. Los estudios observacionales han relacionado la aparición de la EP con exposiciones ambientales y hábitos de vida, lo que significa un gran campo de investigación para mejorar la prevención de la EP o la modificación de la enfermedad en poblaciones pero también en individuos. Hasta el momento se ha profundizado en las interacciones gen-ambiente y otros factores como la exposición química, la actividad física, los hábitos alimentarios o el tabaquismo. A partir de estudios observacionales se han formulado varias recomendaciones de bajo riesgo y potencialmente de alto rendimiento para la modificación del estilo de vida, en particular, modificaciones dietéticas. Por lo tanto, el papel de la nutrición tanto en la neuroprotección como en la neurodegeneración se ha vuelto importante para los neurocientíficos y los neurocientíficos nutricionales. Varios estudios han enfatizado que algunos nutrientes pueden aumentar el riesgo individual de EP, mientras que otros pueden ser neuroprotectores. Tales evidencias no son inesperadas, ya que algunos alimentos son capaces de impactar en las funciones de las mitocondrias, y por lo tanto en la producción de radicales libres, mientras que otros realizan funciones antioxidantes muy importantes, necesarias para bloquear el comportamiento nocivo de los radicales libres. ">
Revista de Nutrición y Ciencias de la Alimentación

Revista de Nutrición y Ciencias de la Alimentación
Acceso abierto

ISSN: 2155-9600

abstracto

El doble papel de los nutrientes en la enfermedad de Parkinson

gaia rocchitta

< span style="color:black">Aentre las enfermedades neurodegenerativas, la enfermedad de Parkinson (EP) representa la segunda más extendida. Los estudios observacionales han relacionado la aparición de la EP con exposiciones ambientales y hábitos de vida, lo que significa un gran campo de investigación para mejorar la prevención de la EP o la modificación de la enfermedad en poblaciones pero también en individuos. Hasta el momento se ha profundizado en las interacciones gen-ambiente y otros factores como la exposición química, la actividad física, los hábitos alimentarios o el tabaquismo. A partir de estudios observacionales se han formulado varias recomendaciones de bajo riesgo y potencialmente de alto rendimiento para la modificación del estilo de vida, en particular, modificaciones dietéticas. Por lo tanto, el papel de la nutrición tanto en la neuroprotección como en la neurodegeneración se ha vuelto importante para los neurocientíficos y los neurocientíficos nutricionales. Varios estudios han enfatizado que algunos nutrientes pueden aumentar el riesgo individual de EP, mientras que otros pueden ser neuroprotectores. Tales evidencias no son inesperadas, ya que algunos alimentos son capaces de impactar en las funciones de las mitocondrias, y por lo tanto en la producción de radicales libres, mientras que otros realizan funciones antioxidantes muy importantes, necesarias para bloquear el comportamiento nocivo de los radicales libres.

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