ISSN: 2155-9600
patrick tuck
Las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Está bien establecido que los patrones dietéticos influyen fuertemente en la salud cardiovascular, y el consumo de frutas y verduras se asocia con una disminución del riesgo de enfermedad cardiovascular. En este sentido, las bayas emergen como un tema de gran interés, ya que no solo los estudios in vitro y en animales, sino también los datos clínicos en humanos respaldan los beneficios cardioprotectores de las bayas.
Las bayas que se consumen comúnmente incluyen moras, arándanos, arándanos, frambuesas y fresas, que contienen una gran cantidad de polifenoles, especialmente antocianinas, que se ha informado que reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares, no solo actuando como compuestos antioxidantes, sino también como moduladores de señalización antiinflamatoria y metabolismo del óxido nítrico. En este sentido, nuestro grupo informó recientemente los efectos del extracto de arándano en la hipertensión pulmonar experimental, que afecta principalmente al corazón derecho, mostrando mejoras en los parámetros funcionales cardiovasculares a través de modificaciones de los receptores de endotelina y la reanudación del equilibrio redox. Además, demostramos que el tratamiento in vitro con extracto de arándanos previno la apoptosis de las células cardíacas mediante la modulación de varias cascadas de señalización (FoxO3a/AKT, STAT3/AMPK y mTOR/p70S6K).
Recientemente, ha crecido el interés en el papel del microbioma asociado al intestino humano, particularmente al asociar cambios en su composición con modificaciones en los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. Los estudios demuestran no solo la distribución de diferentes filos y órdenes de microorganismos intestinales, sino también la producción de metabolitos que ejercen un papel fundamental en los resultados cardiovasculares. Teniendo en cuenta este tema, los constituyentes de la matriz de las bayas, especialmente los compuestos fenólicos, pueden modular las poblaciones microbianas, dando lugar a un campo de investigación original relacionado con el consumo de bayas y la prevención/tratamiento de enfermedades cardiovasculares.