ISSN: 2155-9600
Marcello Menapace
Hay muchas sustancias nutricionales que los humanos consumen a diario: el agua, los carbohidratos, los lípidos y las proteínas son los principales componentes bioquímicos de los alimentos. Pero otros en menor cantidad son vitaminas minerales y enzimas. En una cantidad posiblemente menor se encuentran los glicanos y los miARN. La presencia de oligoglicanos en todas las fuentes de alimentos ha sido un hecho establecido durante muchos años. Estos carbohidratos especiales están presentes como glicoconjugados (glucoproteínas o glicolípidos) en y sobre la superficie de todas las células (glucocáliz) de todos los organismos que comemos y permanecen intactos a lo largo del tracto gastrointestinal ya que carecemos del repertorio enzimático del cuerpo humano para desvincular su enlaces β particulares. Los glicanos se unen a las lectinas humanas presentes de forma natural (a través de interacciones proteína-carbohidrato), pero también a otros glicanos humanos (a través de interacciones carbohidrato-carbohidrato, o CCI). Además, estos glicanos, como las fibras, son digeridos por la microbiota intestinal que reside en el intestino. A medida que nuestra bioquímica da forma a la composición del microbioma, también lo hace la composición de los glicanos y los alimentos que consumimos, lo que desencadena respuestas biológicas. Los miARN son moléculas de ARN pequeñas, monocatenarias, de 19 a 23 nucleótidos de longitud y afectan la estabilidad del ARN mensajero (ARNm) que influye en la síntesis de proteínas. Los miARN también están presentes en los alimentos y actúan sobre la composición microbiana de nuestro intestino y pueden ser absorbidos por las paredes del tracto GI, demostrando resistencia al procesamiento de alimentos y al ataque enzimático. Aunque sigue siendo un tema de controversia, estos pequeños ARN no codificantes que controlan la expresión génica pueden entrar directamente en la población de miARN circulante de miARN exógenos de la dieta. Por lo tanto, puede ser posible identificar una relación entre los glucanos y los miARN en los alimentos por un lado, la composición de la microbiota por el otro y el estado de salud resultante del huésped (sistema inmunitario) por el tercero.