ISSN: 2155-9600
Michele R Forman, Lauren D Mangini, Yong-Quan Dong, Ladia M Hernandez y Karen L Fingerman
La inseguridad alimentaria y el hambre están cobrando fuerza como problemas reconocidos de salud pública en los campus universitarios de los Estados Unidos. Los datos de publicaciones e informes recientes sugieren que la prevalencia de la inseguridad alimentaria entre los estudiantes universitarios de EE. UU. oscila entre el 14,1 y el 58,8 %, en comparación con el 12,3 % de los hogares estadounidenses. Estudiantes de pregrado (N=1,069) fueron encuestados en la Universidad de Texas en Austin en 2014-2015. El cuestionario de la encuesta incluía el formulario breve validado de 6 elementos del módulo de seguridad alimentaria del USDA, se distribuyó y completó en clase y se contestó de forma anónima. Las características demográficas de la muestra son representativas de todos los estudiantes universitarios del campus. La inseguridad alimentaria fue reportada por el 23,5% de los estudiantes encuestados; Alguna vez ha pasado hambre en un 31 % y el 12,5 % de los hambrientos también informan que padecen inseguridad alimentaria. Es importante destacar que la mayoría de las personas con inseguridad alimentaria (96 %) no informaron haber experimentado inseguridad alimentaria antes de matricularse. En los modelos de regresión logística múltiple, los factores asociados con una razón de probabilidad más alta de inseguridad alimentaria incluyen: ser estudiante universitario de primera generación; etnia hispana; hijo tercero o posterior en la familia; y menos confianza en las habilidades de gestión financiera. Los factores asociados con una razón de probabilidad ajustada más alta del hambre incluyen: ser asiático u otro grupo étnico (vs. blanco no hispano) y tener una confianza limitada en las habilidades de gestión financiera. Los resultados, de una de las encuestas más grandes sobre inseguridad alimentaria y hambre entre estudiantes universitarios en un solo campus en los EE. UU., sugieren que la transición a la universidad es una ventana vulnerable para el surgimiento de inseguridad alimentaria y hambre. Se necesita más investigación sobre los efectos a largo plazo de la inseguridad alimentaria en esta población y la eficacia de la política del campus y las intervenciones que abordan la inseguridad alimentaria y el hambre.