ISSN: 2155-9600
Charu Katare, Sonali Saxena, Supriya Agrawal, GBKS Prasad y P.S. Bisen
La creciente conciencia sobre el papel de la dieta y la búsqueda del bienestar humano ha alimentado el interés en los ‘alimentos funcionales’ y se están reinventando los atributos funcionales de muchos alimentos tradicionales. La linaza continúa avanzando en su reconocimiento como alimento funcional y recientemente ha llamado la atención en el área de las enfermedades cardiovasculares principalmente porque es la fuente más rica conocida de ácido alfa-linolénico, el fitoestrógeno, los lignanos, además de ser una buena fuente de fibra soluble. Los lignanos tienen una amplia gama de actividades biológicas y las semillas de lino contienen un derivado de la lignina, el diglucósido de secoisolariciresinol, que se metaboliza en los lignanos de los mamíferos. Los lignanos del lino influyen en los marcadores de riesgo tempranos de carcinogénesis mamaria y colónica en modelos animales. El consumo regular de productos de linaza puede afectar las concentraciones séricas de colesterol total y de lipoproteínas de baja densidad, reducir la absorción de glucosa posprandial, disminuir algunos marcadores de inflamación y elevar los niveles séricos de ácidos grasos omega-3, ALA y ácido eicosapentaenoico. Se ha demostrado que la semilla de lino posee importantes funciones antioxidantes y antiinflamatorias en estudios experimentales y en humanos. La suplementación con semillas de lino en la dieta reveló beneficios potenciales para la salud en situaciones como el riesgo cardiovascular, ciertos tipos de cáncer y otros trastornos metabólicos. Hay una serie de estudios que indican el papel de la linaza cruda y sus productos horneados en la promoción de la salud y la prevención de enfermedades. Esta revisión destaca el potencial de la ‘semilla de lino’ como ‘neutracéutico’ y su papel como alimento medicinal protector y terapéutico.