ISSN: 2376-0354
Saleh NA, Hamoud S, Aviram M, Rom O, Volkova N y Hayek T
Antecedentes: se sabe que la glucosa mejora la formación de células espumosas de macrófagos y el desarrollo de aterosclerosis. Sin embargo, el papel de otros monosacáridos, disacáridos o edulcorantes artificiales en la aterogenicidad de los macrófagos sigue sin estar claro.
Objetivo: Así comparamos sus efectos sobre el estado oxidativo, la acumulación de colesterol y triglicéridos que regulan la formación de células espumosas.
Resultados: La suplementación de ratones C57/BL6 durante cuatro semanas con edulcorantes reveló que la glucosa, la fructosa, la manosa, la lactosa o la sacarosa aumentaron significativamente la peroxidación lipídica hepática y la acumulación de colesterol, así como los macrófagos peritoneales del ratón ( MPM) generación de ROS y contenido lipídico. La suplementación con edulcorantes artificiales no mostró efectos pro-oxidantes/aterogénicos significativos en el hígado o la aorta de los ratones. Sin embargo, el ciclamato y la sucralosa aumentaron significativamente la generación de MPM ROS, y todos los edulcorantes artificiales aumentaron el contenido de colesterol MPM. En la línea celular cultivada de macrófagos J774A.1, la glucosa demostró los efectos más prooxidativos/aterogénicos y aumentó significativamente la generación de especies reactivas de oxígeno (ROS) (en un 80 %), la oxidación de proteínas celulares (en un 119 %), la acumulación de colesterol y triglicéridos (en un 65% y 51%, respectivamente), y la capacidad de fagocitosis de los macrófagos (en un 177%). De manera mecánica, la glucosa atenuó la salida de colesterol mediada por HDL de los macrófagos (en un 17 %) y mejoró su tasa de biosíntesis de triglicéridos (en un 51 %). Aunque en menor medida, la manosa o el ciclamato demostraron efectos prooxidativos/aterogénicos y aumentaron significativamente la generación celular de ROS, el contenido de colesterol, el contenido de triglicéridos y la capacidad de fagocitosis de los macrófagos.
Conclusiones: En conjunto, los resultados anteriores indican el papel prooxidativo/aterogénico clave de la glucosa en comparación con otros monosacáridos, así como disacáridos o edulcorantes artificiales. Finalmente, ahora se muestran claramente los efectos proaterogénicos perjudiciales sobre la formación de células espumosas de macrófagos de manosa o ciclamato y, en menor medida, de fructosa, aspartamo y sacarina.