Revista de Nutrición y Ciencias de la Alimentación

Revista de Nutrición y Ciencias de la Alimentación
Acceso abierto

ISSN: 2155-9600

abstracto

Enfermedad hepática alcohólica: una revisión clínica

Vassilios A Sevastianos y Spyros P Dourakis

La enfermedad hepática es responsable de más del 55 % de las muertes por abuso de alcohol, y la prevalencia de la enfermedad hepática alcohólica (ALD) está estrechamente relacionada con el consumo de alcohol per cápita. La ALD representa una amplia gama de cambios histológicos que van desde la esteatosis simple hasta formas más graves de daño hepático, incluida la hepatitis alcohólica (HA), la cirrosis o el desarrollo paralelo de carcinoma hepatocelular (CHC). Estas alteraciones del parénquima hepático no son necesarias para reflejar distintos estadios de la progresión de la enfermedad hepática sino más bien un continuo relacionando cambios histológicos que pueden observarse simultáneamente en un mismo paciente.

El hecho de que solo el 35 % de los pacientes con abuso sustancial de alcohol desarrollen etapas avanzadas de la enfermedad hepática sugiere que la patogenia de la ALD involucra muchos otros factores que incluyen género, obesidad, patrones de bebida, factores dietéticos, factores genéticos no relacionados con el sexo. y fumar. Además, el consumo prolongado de alcohol puede tener un efecto sinérgico con la hepatitis B o C o el virus de la inmunodeficiencia humana, la enfermedad del hígado graso no alcohólico y trastornos hepáticos como la hemocromatosis.

El diagnóstico de ALD se basa en una combinación de hallazgos, incluidos los antecedentes de consumo significativo de alcohol, la evidencia clínica de la lesión hepática concomitante y el respaldo del caso clínico a partir de los hallazgos histológicos, de imágenes y de laboratorio resultantes.

El efecto beneficioso del tratamiento de la HA con corticoides se produce en pacientes con encefalopatía o de mal pronóstico, en función de los distintos grados y sistemas de pronóstico de la gravedad, mientras que su efecto nocivo es evidente en pacientes con enfermedad más leve, ya que manifiestan un mayor riesgo de infecciones en comparación con los que no recibieron corticosteroides. En pacientes con hepatitis alcohólica, que no pueden tomar corticoides por diversos motivos y en aquellos con aparición de insuficiencia renal funcional (síndrome hepatorrenal), se recomienda el uso de pentoxifilina.

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