ISSN: 2593-9173
David Olusoji Alabi, Roger Coopoosamy, Kuben Naidoo, Georgina Arthur
La productividad agrícola se caracteriza por el suelo, la forma del terreno y el cambio climático. Solo el 3% del suelo es fértil en Sudáfrica, lo que exige la necesidad de mejorar las prácticas agrícolas. Varias prácticas agrícolas involucran sistemas de cultivo, arado convencional y cultivo en laderas que tienden a amenazar el ecosistema debido a los cultivos frecuentes, la erosión y la lixiviación. Con frecuencia se agotan los nutrientes del suelo, se agota el contenido de materia orgánica y se obstaculizan las actividades de los microbios. Se descubrió una valiosa técnica biotecnológica producida a través de un proceso llamado vermicompostaje para mejorar las características del suelo. Se trata de combinar varios desechos agrícolas, que van desde residuos vegetales hasta excrementos de animales, para producir una sustancia inocua e inodora. Esto resultó útil porque el compostaje de desechos con lombrices reduce las emisiones de gases de efecto invernadero. Este producto ayuda a controlar una amplia gama de plagas y enfermedades de las plantas. Además, se suprimen las actividades de las plantas invasoras, lo que ayuda a restaurar los nutrientes en el suelo. El vermicompost es eficaz para estimular la germinación, el crecimiento de las plantas y aumentar significativamente el rendimiento de los cultivos.