ISSN: 2161-0495
Pierre Brochu y Ángel Facetti Socol
Las mujeres que trabajan en hospitales pueden inhalar agentes farmacéuticos, humos quirúrgicos, disolventes orgánicos, bacterias y/o virus. Estos agentes inhalados pueden generar efectos adversos en hembras grávidas, su embrión o feto. Por lo tanto, las tasas de ventilación por minuto (VE) durante las actividades diurnas agregadas de bajo (n=68), normal (n=268), sobrepeso (n=42), obeso clase 1 (n=68) y clases 2-3 (n =51) las mujeres que trabajan en hospitales se determinaron antes y durante su embarazo usando mediciones publicadas de gastos de energía. Con fines comparativos, también se calcularon los valores de VE para las mismas hembras en reposo. Los gastos de energía de la actividad se basaron en las tasas de desaparición de las dosis orales de isótopos de agua (es decir, 2H2O, H2 18O) monitoreadas en muestras de orina de trabajadores hospitalarios de vida libre durante 175 días mediante espectrometría de masas de proporción de isótopos gaseosos. Los gastos de energía basal se obtuvieron por calorimetría indirecta, mientras que los costos de energía para el embarazo se midieron en un calorímetro de habitación. Se determinaron las duraciones del sueño (7,30 ± 1,59 a 8,09 ± 1,25 horas/día; media ± desviación estándar) y los equivalentes ventilatorios (31,7 ± 0,93 a 39,3 ± 3,3 L de aire inhalado/L de oxígeno consumido) durante el embarazo y integrado en el proceso de cálculo. Sobre la base de los percentiles de VE, algunas trabajadoras embarazadas y no embarazadas inhalan más aire (por lo tanto, más contaminantes del aire) que el valor predeterminado de VE de 20,83 l/min (es decir, 10 m3 en una jornada laboral de 8 horas), especialmente utilizado para los cálculos de los estándares higiénicos para xenobióticos aerotransportados. Los percentiles 99 más altos de 34,28, 29,27, 26,49 y 29,52 L/min se encontraron en las clases obesas de trabajadoras 2-3, antes del embarazo y en la semana 9, 22 y 36 de gestación, respectivamente. Considerando lo anterior y el hecho de que la gonadotropina coriónica humana se detecta en muestras de sangre u orina de mujeres después de la implantación de su blastocisto, lo que ocurre muchos días después de la fecundación, se recomienda la no exposición de las trabajadoras a agentes teratogénicos en hospitales antes y durante su embarazo. Lo mismo se aplica a la exposición a carcinógenos que pueden generar daño procarcinogénico en el ADN del feto.