ISSN: 2161-1025
Yohannes T Ghebre*, Eduard Yakubov, Wing Tak Wong, Prasanna Krishnamurthy, Nazish Sayed, Andrew G Sikora y Mark D Bonnen
La incidencia y prevalencia de enfermedades cardiovasculares es mayor entre los ancianos, en parte, debido a los efectos nocivos de la edad avanzada en el corazón y los vasos sanguíneos. El envejecimiento, un factor de riesgo cardiovascular conocido, se asocia progresivamente con cambios estructurales y funcionales en la vasculatura, que incluyen alteraciones hemodinámicas debido al aumento del estrés oxidativo, senescencia celular prematura y deficiencias en la síntesis y/o secreción de moléculas vasoactivas derivadas del endotelio. Estos cambios moleculares y fisiológicos conducen al endurecimiento y engrosamiento de la pared del vaso, así como a otras complicaciones vasculares que culminan en la pérdida de la regulación del tono vascular y la función endotelial. Curiosamente, la pared del vaso, una estructura bioquímicamente activa compuesta de colágeno, tejido conectivo, músculo liso y células endoteliales, se ve afectada negativamente por los procesos involucrados en el envejecimiento prematuro o normal. En particular, la capa más interna de la pared del vaso, el endotelio, se vuelve senescente y disfuncional con el avance de la edad. Como resultado, su capacidad para liberar moléculas vasoactivas como acetilcolina (ACh), prostaciclina (PGI2), factor hiperpolarizante derivado del endotelio (EDHF) y óxido nítrico (NO) se reduce y la respuesta celular a estas moléculas también se ve afectada. Por el contrario, el endotelio vascular aumenta su generación y liberación de especies reactivas de oxígeno (ROS) y nitrógeno (RNS), vasoconstrictores como la endotelina (ET) y la angiotensina (AT), e inhibidores endógenos de las sintasas de NO (NOS) para bloquear el NO. Esto sesga el equilibrio del endotelio a favor de la liberación de moléculas dañinas y altamente reactivas para los tejidos que promueven el daño del ADN, la erosión de los telómeros, la senescencia, así como la rigidez y el endurecimiento de la pared vascular que es propensa al desarrollo de hipertensión, diabetes, aterosclerosis y otros factores de riesgo cardiovascular. Esta revisión analiza el impacto de la edad avanzada en la salud cardiovascular y destaca los mecanismos celulares y moleculares que subyacen a los cambios vasculares asociados con la edad. Además, se analiza el papel de las intervenciones farmacológicas en la prevención o el retraso de las enfermedades cardiovasculares relacionadas con la edad.