ISSN: 2167-1044
Ana Paula Fonseca y Vania Leala
La depresión posparto afecta aproximadamente al 14,5 % de las mujeres y puede afectar tanto a la madre como al bebé. Por lo tanto, la atención y el tratamiento rápidos son imprescindibles. El enfoque farmacológico a menudo representa una de las opciones de tratamiento más realistas. Sin embargo, las mujeres pueden ser reacias a tomar antidepresivos por temor a los efectos adversos para el lactante, ya que la mayoría de los fármacos pasan a la leche materna. El uso de farmacoterapia no ha sido ampliamente documentado en esta población. El objetivo de esta revisión es evaluar el riesgo-beneficio del uso de antidepresivos durante la lactancia para tratar la depresión posparto. Se realizó una búsqueda electrónica mediante el uso de la base de datos PubMed, desde enero de 2001 hasta diciembre de 2010. La búsqueda se limitó a artículos en idioma inglés y a artículos que relacionan investigaciones con seres humanos. También se realizaron búsquedas manuales de bibliografías para identificar estudios pertinentes adicionales. El uso de antidepresivos que no aparecen en lactantes’ plasma, cuyo uso durante la lactancia está mejor documentado y se recomienda a dosis terapéuticas estándar, como sertralina y paroxetina. La fluoxetina tiene una vida media prolongada que puede dar lugar a una exposición prolongada del lactante a través de la leche materna y el citalopram puede causar efectos adversos en los lactantes expuestos a través de la leche materna. Por lo tanto, citalopram y fluoxetina no deben usarse como tratamientos de primera línea. Se necesita más información sobre el uso de los otros antidepresivos mencionados en este estudio. Este estudio tiene como objetivo enfatizar la importancia del tratamiento de la depresión posparto, considerando siempre sus repercusiones para los lactantes. Se necesitan estudios con muestras más grandes para evaluar adecuadamente los efectos a corto y largo plazo de los antidepresivos en bebés expuestos a través de la leche materna, de modo que los médicos puedan crear decisiones estándar con respecto al tratamiento de la depresión posparto, sin poner en riesgo a los bebés.