ISSN: 2157-7013
Antonio de Morrée
En el siglo pasado, las ciencias médicas han logrado grandes avances en el diagnóstico mediante el uso de un enfoque reduccionista. Los fenotipos de enfermedades complejas se han diseccionado meticulosamente desde el punto de vista molecular, a menudo dando como resultado definiciones genéticas claras. Sin embargo, el desarrollo de terapias va a la zaga de nuestra capacidad para detectar y diagnosticar estas enfermedades en el laboratorio. Una de las razones del retraso en el desarrollo de la terapia puede ser que nuestra mayor capacidad de diagnóstico ha llevado a la definición de muchas enfermedades huérfanas; aflicciones que afectan sólo a un pequeño número de personas. Por lo tanto, puede ser hora de un enfoque más holístico; una investigación de los sistemas como un todo, que la biología de sistemas trata de lograr. La ciencia debe buscar puntos en común entre los mecanismos de la enfermedad siempre que sea posible para mejorar la posibilidad de encontrar puntos de apoyo comunes para las terapias que se dirigen a múltiples enfermedades. Desentrañar más interacciones moleculares y sus localizaciones en el músculo proporcionaría acceso a posibles redes de proteínas que subyacen en las formas individuales de LGMD. Una superposición entre estas redes puede proporcionar una mayor unificación de la enfermedad. Las interacciones recién descubiertas pueden proporcionar una base diferente para extender las redes moleculares en el mantenimiento muscular y la patogenicidad de LGMD. Además, pueden proporcionar nuevas perspectivas terapéuticas al centrarse en las similitudes en lugar de las diferencias.