ISSN: 2329-6488
Cornel N Stanciu, Thomas M Penders, Karl L Wuensch, Joshua Davis, Khalid Elnagar
Introducción: el alcohol es el tercera causa principal de muerte prevenible en el mundo. Existe un riesgo sustancial de desarrollo de trastorno por consumo de alcohol entre las personas con trastornos psiquiátricos, lo que complica su atención. A pesar de la amplia evidencia en apoyo de los ensayos controlados y de la opinión de expertos, el tratamiento asistido por medicamentos ha tenido bajos niveles de penetración en la práctica. Solo el 3 % de los pacientes reciben un tratamiento aprobado por la FDA.
El objetivo de esta encuesta es explorar las posibles causas de la infrautilización de agentes farmacoterapéuticos basados en evidencia en el tratamiento del consumo de alcohol. Secundariamente, analizamos las diferencias en los patrones de práctica entre diferentes instituciones académicas, instalaciones especializadas en el tratamiento de la dependencia química y médicos generales de la comunidad. No conocemos ningún estudio anterior que haya intentado evaluar estos factores.
Métodos: Se diseñó un cuestionario en línea en Qualtrics y se distribuyó mediante el uso de un enlace anónimo. Los participantes objetivo eran miembros de los departamentos de psiquiatría de cuatro instituciones académicas en Carolina del Norte, proveedores comunitarios de salud mental, prescriptores de centros de tratamiento de dependencia química y psiquiatras de Asuntos de Veteranos. Participaron un total de 170, una tasa de respuesta del 85%. Los datos se analizaron mediante el software Qualtrics y también por un estadístico.
Resultados: Una parte significativa de los pacientes psiquiátricos tienen un consumo de alcohol comórbido y, a pesar del interés de los pacientes, los medicamentos rara vez se utilizan tanto en los centros académicos como en los de dependencia química: el 20 % de los encuestados nunca prescribió ninguno. Las razones incluyen principalmente la falta de conocimiento del proveedor sobre los medicamentos disponibles (r=-0,277, n=136, p=0,001), las pautas de prescripción (r=-0,265, n=136, p=0,002) y las dosis (r=-0,245, n =136, p=0,004). La actitud del proveedor hacia el tratamiento por uso de sustancias también afecta la prescripción (r=-0,21, n=136, p=0,014). Aquellos que recetan parecen favorecer los medicamentos no aprobados y evitan la formulación IM de naltrexona. Los proveedores reconocen que la mayoría de las personas con trastornos por consumo de alcohol tienen condiciones médicas causadas o afectadas por el uso continuo. Instituir medicamentos conduce a experiencias positivas: los pacientes mantienen la sobriedad por más tiempo, tienen menos problemas legales y pueden participar mejor en su atención.
Conclusión: En el tratamiento del consumo de alcohol, las directrices recomiendan medicamentos aprobados por la FDA junto con intervenciones biopsicosociales. La evaluación global indica que los prescriptores evitan principalmente la farmacoterapia debido a la falta de comodidad y conocimiento. También puede haber barreras financieras en un sistema actual de tratamiento del alcoholismo que tradicionalmente no tiene una orientación médica. Aunque se recomienda comenzar con medicamentos aprobados por la FDA, el uso fuera de etiqueta es alto. A pesar de las implicaciones positivas observadas cuando se instituyen los medicamentos, los proveedores’ continúa la ambivalencia. Como parte de nuestras prácticas diarias, los psiquiatras generales deben ganar confianza en el uso de medicamentos basados en evidencia y aprobados por la FDA en el tratamiento de los trastornos por consumo de alcohol.