ISSN: 2332-0761
Amo-Agyemang C*
El estado africano, a diferencia de su contraparte europea, a menudo se describe ingenuamente como carente de los atributos de soberanía, por lo tanto, se lo describe de diversas formas como el estado hueco, el estado gerencial, el estado habilitador, el estado de vigilancia, el estado evaluativo, el estado esqueleto, el estado mínimo y un leviatán cojo con agencia limitada en Relaciones Internacionales (RI). Por extensión, se dice que sus experiencias, como la adopción del neoliberalismo y sus condicionalidades asociadas, son impuestas desde el exterior con un aporte mínimo y autonomía política de las élites gobernantes del continente. Esta línea de pensamiento presenta a los estados africanos como objetos pasivos, dependientes, apolíticos y completamente desprovistos de cualquier interés auténtico en las Relaciones Internacionales. El predominio de esta perspectiva ha dado como resultado una descripción unilateral y limitada de las experiencias y realidades africanas que van mucho más allá de lo que la postura epistemológica prevaleciente nos haría creer. Este artículo presenta una perspectiva alternativa. Lo hace yendo más allá de las consiguientes confusiones y limitaciones conceptuales y analíticas para desentrañar las experiencias y realidades internacionales de los estados africanos desde el punto de vista de sus élites gobernantes. Basándome en la noción de Foucault de las formas neoliberales de gobernabilidad, argumento que estas últimas son un electorado descaradamente autónomo cuyos compromisos están definidos por intereses comunes con sus contrapartes en la arena global. Por lo tanto, las opciones que adoptan no son simplemente imposiciones crudas, sino el resultado de negociaciones y regateos dirigidos a mejorar su agencia y libertad.