ISSN: 2167-0277
Deirdre A. Conroy
Objetivo: El sueño sufre cambios dramáticos durante los años de la adolescencia debido a influencias biológicas, circadianas y psicosociales. Ahora se sabe que la pérdida de sueño, tanto aguda como crónica, puede afectar la regulación de las emociones y puede aumentar la probabilidad de desarrollar depresión y conductas de riesgo.
Método: Los autores llevaron a cabo una revisión sistemática utilizando la base de datos PubMed utilizando los términos de búsqueda que incluyen: "adolescencia, depresión, sueño e insomnio". La presente revisión cubre manuscritos aceptados hasta el año 2013. La siguiente revisión analiza los hallazgos sobre la relación bidireccional entre el insomnio y la depresión y cubrirá las opciones actuales de evaluación y tratamiento.
Resultados: La depresión puede estar presente en hasta un 20 por ciento de los adolescentes y la mayoría de estos niños tendrán algún tipo de alteración del sueño. La etiología de los trastornos del sueño puede reflejar insomnio, trastorno del sueño del ritmo circadiano, apnea del sueño u otros factores. Los enfoques farmacológicos y de terapia cognitiva conductual son comunes, pero pueden resultar en ganancias limitadas debido al insomnio persistente. Los medicamentos antidepresivos pueden reducirse y las recaídas pueden ser mayores en las personas con insomnio. El seguimiento del tratamiento puede verse favorecido por técnicas de entrevistas motivacionales y el examen del autoinforme del adolescente sobre los informes de sueño de los padres.
Conclusión: las alteraciones del sueño que se identifican, abordan y controlan adecuadamente pueden mejorar el sueño y el estado de ánimo. La participación activa del adolescente en el proceso de terapia puede mejorar los resultados. Se necesita más investigación para desarrollar estrategias no farmacológicas que sean aceptables y sostenibles para los adolescentes