ISSN: 2155-9880
Samer Ellahham, Hanan Sheikh Ibrahim, Mariam Hassan
La estenosis aórtica (EA) es, por sí sola, una causa importante de morbilidad y mortalidad entre los ancianos. Se ha acumulado una apreciación indudable del reemplazo de válvula aórtica transcatéter (TAVR) en escenarios que exigen la rectificación de válvulas aórticas estenóticas. Este procedimiento es una alternativa sensata al reemplazo quirúrgico en pacientes severamente sintomáticos o de alto riesgo. Además, la población anciana es innatamente propensa a desarrollar una variedad de factores de riesgo aparentemente inocuos, denominados síndromes de fragilidad. Aunque se ha demostrado que es un predictor de malos resultados posteriores a la TAVR, la fragilidad se omite con mayor frecuencia en la evaluación previa al procedimiento. Es justo que las estrategias de reparación se discutan ampliamente entre cardiólogos y geriatras por igual. Como tal, la revisión actual tiene como objetivo resaltar el papel de la fragilidad en la selección de pacientes para TAVR, el pronóstico y la atención postoperatoria personalizada para mejorar la calidad de vida. La investigación adicional en esta área permitirá a los cardiólogos asignar mejor los planes de manejo para los pacientes de TAVR al emplear la fragilidad y, por lo tanto, reducir el riesgo cardiovascular general.