ISSN: 2155-6148
Garrett A Enten, Suvikram Puri, Kapil Patel, Zachary Stachura, Erin Schwaiger, Pratik Patel y Enrico M Camporesi
Antecedentes: Pocos informes han evaluado analgesia epidural torácica en pacientes que recibieron trasplante de pulmón. Esta modalidad analgésica puede facilitar la extubación, la deambulación temprana y lograr un control adecuado del dolor con la minimización del uso de opioides. Una técnica de ahorro de opioides podría minimizar los efectos secundarios de los opioides, como el íleo, el estreñimiento y la somnolencia.
Métodos: Se realizó una revisión retrospectiva de los gráficos luego de la aprobación del IRB local. Se recopilaron un total de 97 historias clínicas de pacientes, desde abril de 2015 hasta marzo de 2017. Cuarenta y ocho pacientes recibieron T6-T7 epidural y cuarenta y nueve pacientes recibieron analgesia intravenosa estándar. Las medidas de resultado recopiladas incluyeron la duración de la estancia en la unidad de cuidados intensivos, la duración total de la hospitalización, la necesidad de reintubación o ventilación con presión positiva intermitente no invasiva (NIPPV), la necesidad de lidocaína gtt IV y el consumo total de narcóticos durante la hospitalización en miligramos de morfina equivalente (MME).
Resultados: Ambos grupos fueron comparables en edad, IMC y distribución por raza/género. Además, los requisitos de dolor de los pacientes fueron comparables entre los grupos. Sin embargo, una proporción significativamente menor de pacientes con epidural torácica requirió NIPPV después de la operación (20,4 %, 53,2 %: p=0,0015). Además, el número de pacientes que requirieron reintubación se redujo casi a la mitad (12,5 %, 21,3 %: NS). Los pacientes que recibieron epidural torácica también experimentaron tiempos más cortos en la UCI (p = 0,0335) y, en promedio, una reducción general de la duración de la estadía de seis días.
Conclusiones: Para los pacientes sometidos a trasplante de pulmón, la analgesia epidural es una alternativa viable al control del dolor intravenoso. Además, redujo significativamente la depresión respiratoria y la duración de la estancia en la UCI. Se pueden hacer comparaciones más refinadas realizando un estudio prospectivo preciso con un protocolo más estructurado.