ISSN: 2155-9899
Evan S Vista y Mark Aragonés
El lupus eritematoso sistémico (LES) es una afección heterogénea con un impacto significativo en la morbilidad y la mortalidad entre los afectados individuos, generalmente mujeres jóvenes durante su etapa más productiva en la vida. La producción de autoanticuerpos patógenos ha sido el sello clásico de la enfermedad. Se cree que las células B, precursoras de las células plasmáticas productoras de anticuerpos, desempeñan un papel central en la actividad de la enfermedad del LES. Durante mucho tiempo se ha considerado una enfermedad difícil de manejar y diagnosticar debido a sus amplias manifestaciones y su gravedad. Esta condición autoinmune sistémica ha atraído a muchos médicos e investigadores durante décadas con la esperanza de desentrañar completamente la patogénesis de la enfermedad para encontrar tratamientos más efectivos. Las estrategias de tratamiento se han dirigido ampliamente a amortiguar la respuesta inmunitaria con los consiguientes efectos adversos en el cuidado a largo plazo de los pacientes enfermos. Una mejor comprensión del papel que juegan las células B en la patología del lupus ha llevado al desarrollo de belimumab, un anticuerpo monoclonal que se convirtió en el primer tratamiento exitoso para el LES introducido después de más de medio siglo. El fármaco se encuentra entre la clase de terapias biológicas dirigidas que ahora evolucionan en el campo de la reumatología y la inmunología clínica. Está dirigido a inhibir la supervivencia de las células B autorreactivas que están implicadas en la actividad de la enfermedad SLE. Este artículo de revisión analiza las etapas en la ontogenia de las células B que predisponen al desarrollo de LES e informa el papel fundamental del estimulador de linfocitos B en la aparición de brotes de la enfermedad de LES.