ISSN: 2168-9296
Yin-Ci Xi y Da-Yong Lu
El cáncer es una de las enfermedades de alta mortalidad, lo que provoca que las muertes anuales figuren entre las 5 primeras de mortalidad en casi todos los paÃses. A diferencia de las enfermedades cardiovasculares, el beneficio del tratamiento para los cánceres, especialmente para el carcinoma epitelial, ha mejorado ligeramente en las últimas décadas [1-3]. La metástasis de neoplasias es uno de los caracteres fatalistas responsables de estas terapias insatisfactorias y más del 60% de las muertes por cáncer y, con suerte, solo puede controlarse con medicamentos. Paradójicamente a nuestros esfuerzos y expectativas, excepto algunos anticuerpos, no se han logrado hasta ahora mejoras y beneficios terapéuticos evidentes con los fármacos antimetastásicos convencionales (generalmente agentes antivasculares o inhibidores de las MMP). Los beneficios terapéuticos en pacientes con cáncer en etapa tardÃa o de edad avanzada son especialmente pobres e inútiles [1-3]. Las terapias farmacológicas anticancerosas clÃnicas actualmente en uso se han centrado principalmente en el crecimiento del tumor primario en lugar de dirigirse especÃficamente a los cursos patológicos de metástasis de manera relevante. Encontrar fármacos importantes dirigidos especÃficamente a las metástasis neoplásicas es esencial e indispensable [4-7]. Sin embargo, es necesario cambiar nuestro enfoque de enfocarnos en la vascularización y las MMP a moléculas más relacionadas con metástasis.