ISSN: 2572-0805
María José Míguez-Burbano, Mario Stevenson, Clery Quiros, Luis Espinoza and Wenyaw Chan
Antecedentes: después de alcanzar "niveles clínicamente indetectables", muchas personas con VIH positivo permanecen en una fase llamada viremia residual. Algunos de estos pacientes tienen brotes virales, mientras que otros tienen rebotes virales, pero se sabe poco sobre sus causas. Nuestro objetivo fue identificar la tasa y los determinantes de la dinámica de la carga viral, particularmente el efecto del consumo peligroso de alcohol. Métodos: Evaluamos a 400 participantes de la cohorte que comenzaron el TAR y evaluamos exhaustivamente la ingesta de alcohol utilizando instrumentos validados. La carga viral (VL) se midió en cuatro puntos temporales (línea de base, 6, 12 y 18 meses), junto con posibles covariables, como datos demográficos, CD4, CD8, plaquetas, perfiles de consumo de alcohol y adherencia a la medicación. La supresión de la LV se evaluó a los 6 meses y luego, según trabajos publicados anteriormente, las trayectorias virales se censuraron de acuerdo con las siguientes categorías: grupo de referencia 1 (viremia muy baja <50), brotes virales grupo 2 (50-399) y el rebote viral Grupo 3 (400-1000 copias/mL). Los factores asociados con VLV, blips y rebotes se identificaron mediante modelos de regresión logística. Resultados: Entre los 320 sujetos que lograron cargas virales indetectables, durante los siguientes 12 meses de terapia, el 20 % exhibió brotes virales y el 43 % tuvo rebotes virales. A pesar de una adherencia similar a la medicación (95 % frente a 85 %), los consumidores peligrosos de alcohol tenían el doble de probabilidades de tener un rebote viral, en comparación con los no consumidores (IC del 95 %, 1,8-2,5; p=0,000). Los consumidores de alcohol también eran más propensos a tener brotes. Después de ajustar los posibles factores de confusión, los análisis de regresión indicaron que los recuentos de CD4 en el momento del inicio de la terapia, el consumo de alcohol y la edad se asociaron de forma independiente con los picos y rebotes. Conclusiones: en esta cohorte, el consumo peligroso de alcohol se asoció con un mayor riesgo de brotes virales y, por lo tanto, probablemente desempeñe un papel importante en el desarrollo de estrategias eficaces para eliminar el VIH y prevenir la transmisión y la progresión de la enfermedad. Estos hallazgos tienen implicaciones para los médicos, investigadores y legisladores, ya que resaltan los efectos perjudiciales del consumo de alcohol durante la terapia de TAR.