ISSN: 2332-0761
Kidanu Atinafu1 y Endalcachew Bayeh2*
El pueblo de Eritrea declaró su independencia formal de Etiopía después de que la mayoría de su población votara a favor de la separación en el referéndum de 1993. Desde la secesión, los gobiernos de los dos países establecieron relaciones cordiales y concluyeron diferentes acuerdos para regular sus relaciones bilaterales. Sin embargo, las alianzas formadas y los acuerdos firmados estuvieron lejos de ser prometedores y de corta duración. Las diversas divergencias observadas en los campos socioeconómico y político entorpecieron sus relaciones, lo que más tarde condujo a una guerra total de 1998-2000. Aunque la guerra terminó con la firma del Acuerdo de Argel en 2000, las relaciones entre los dos países durante los últimos catorce años siguieron siendo hostiles y en el centro de los dos países... La hostilidad es un problema fronterizo que llevó a los dos países a diferentes infracciones. Este artículo intenta descubrir los factores que acompañaron los estancamientos de la posguerra entre Etiopía y Eritrea y las perspectivas futuras.