ISSN: 2332-0761
Yengoude EA
Si bien las agencias de inteligencia de todo el mundo han logrado grandes hazañas en la recopilación de inteligencia y la prevención de ataques sorpresa contra las naciones involucradas, la parte más visible de su trabajo para el mundo son los fracasos que se han registrado en la historia. Entre los récords de la historia se destacan el fracaso de la invasión británica y estadounidense en Irak para descubrir Armas de Destrucción Masiva (ADM), el ataque sorpresa de los japoneses contra la base naval de los Estados Unidos en Pearl Harbor, el ataque sorpresa del 11 de septiembre contra el Estados Unidos en 2001, las crisis de los misiles en Cuba, etc. Estos casos de fallas de inteligencia han recibido varios debates académicos sobre por qué la comunidad de inteligencia fracasó en su trabajo para evitar la sorpresa del enemigo. El enfoque de este documento es sobre la falla de inteligencia del ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos y la guerra de Yom Kippur de 1973 (también conocida como la guerra árabe-israelí). Este artículo examina estos dos casos desde una perspectiva diferente analizando si las fallas en estos dos casos eran evitables con referencias a las causas convencionales de las fallas en la literatura. Al situar el análisis en Betts’ teoría de la falla de inteligencia, argumentamos que existen vulnerabilidades en el proceso de inteligencia que pueden ubicarse en el contexto de la estructura de las organizaciones (burocracia). Este análisis revela que la estructura de las organizaciones (burocracia) las hace propensas al error. Algunas de las vulnerabilidades imprevistas se crean a partir de reformas organizacionales, brechas de comunicación en el proceso de inteligencia y, lo que es más importante, el interés propio primordial de los tomadores de decisiones que nubla su juicio durante la toma de decisiones. Concluimos que estas debilidades identificadas son naturales para el proceso de inteligencia y los esfuerzos para perfeccionar el sistema pueden mejorar los resultados solo marginalmente. Por lo tanto, la comunidad de inteligencia no está aislada de los ataques sorpresa que hacen que la falla de inteligencia sea un fenómeno inevitable.