ISSN: 2329-9495
Ahmed N. Ghanem
Introducción y objetivo
Para informar la evidencia completa de que la ley de Starling es incorrecta, y el reemplazo correcto es la hidrodinámica del tubo G detallada. Se aporta nueva evidencia fisiológica con relevancia y trascendencia clínica.
material y métodos
La prueba física se basa en la hidrodinámica del tubo G. La prueba fisiológica se basa en el estudio de las extremidades posteriores de las ovejas: el plasma circulante y luego la solución salina a través de la arteria en comparación con el de la vena en lo que respecta a la formación de edema. La significación clínica se basa en 2 estudios, uno prospectivo y una serie de 23 casos sobre descargas por sobrecarga volumétrica (VOS).
Resultados
La hidrodinámica del tubo G mostró que la presión proximal, similar a la arterial, induce "absorción" de succión, no "filtración". En el lado del tubo de Poiseuille, la presión es toda positiva y provoca la filtración en base a la cual Starling propuso su hipótesis. La evidencia fisiológica prueba que el capilar funciona como un tubo G, no como el tubo de Poiseuille: el edema se produce cuando los fluidos pasan por la vena pero no por la arteria. No hubo diferencia con el uso de solución salina o albúmina. La ley de Starling incorrecta dicta las reglas defectuosas sobre la terapia de fluidos que induce VOS que causa ARDS.
Conclusión
La hidrodinámica del tubo G desafía el papel atribuido a la presión arterial como fuerza de filtración en la ley de Starling. Una revisión de la literatura muestra que la presión oncótica tampoco funciona. Se propone la nueva hidrodinámica del tubo G para reemplazar la ley de Starling, que es incorrecta en ambas fuerzas. Se discuten las pruebas fisiológicas y la relevancia clínica en la patogenia de los síndromes clínicos. Se resuelven los enigmas del síndrome TURP, Dilution HN y ARDS.