ISSN: 2155-9899
Selene K. Bantz, Zhou Zhu y Tao Zheng
El desarrollo de la dermatitis atópica (DA) en la infancia y la subsiguiente rinitis alérgica y asma en la niñez posterior se conoce como marcha atópica. Esta atopia progresiva depende de varios factores subyacentes, como la presencia de mutaciones de filagrina, así como el momento de inicio y la gravedad de la EA. Las manifestaciones clínicas varían entre los individuos. Anteriormente se pensaba que los trastornos atópicos pueden no estar relacionados con el desarrollo secuencial. Estudios recientes apoyan la idea de un vínculo causal entre la EA y los trastornos atópicos de aparición tardía. Estos estudios sugieren que una barrera cutánea disfuncional sirve como sitio para la sensibilización alérgica a antígenos y la colonización de superantígenos bacterianos. Esto induce inmunidad Th2 sistémica que predispone a los pacientes a respuestas nasales alérgicas y promueve la hiperreactividad de las vías respiratorias. Si bien la EA a menudo comienza temprano en la vida y es una afección crónica, una nueva investigación indica que puede haber una ventana de tiempo óptima en la que las intervenciones terapéuticas dirigidas a la barrera de la piel pueden prevenir trastornos atópicos posteriores. En esta revisión destacamos estudios recientes que describen factores importantes en el desarrollo de trastornos atópicos y nuevos conocimientos en nuestra comprensión de la patogenia de la marcha atópica.