Revista de Inmunología Clínica y Celular

Revista de Inmunología Clínica y Celular
Acceso abierto

ISSN: 2155-9899

abstracto

La asociación entre los anticuerpos antinucleares y la obesidad probablemente esté mediada por la adiposidad abdominal y la inflamación sistémica

Irene Blanco, Monalyn Labitigan y Matthew K. Abramowitz

Antecedentes: La obesidad y la adiposidad abdominal se han asociado con la inflamación al igual que la presencia de antinucleares. anticuerpos (ANA). Recientemente se informó que existe una menor probabilidad de ANA en la población general obesa. Para examinar esta relación, utilizamos datos de participantes adultos en la Encuesta Nacional de Examen y Salud y Nutrición 1999-2004.
Métodos: Se excluyó a los participantes si informaron antecedentes de artritis que no fueran osteoartritis, enfermedad de la tiroides o del hígado, o uso de esteroides para descartar antecedentes de una posible enfermedad autoinmune previa. Definimos estrictamente un ANA positivo como un título ≥ 1:160. El sobrepeso y la obesidad se clasificaron utilizando los criterios tradicionales del IMC. La proteína C reactiva (PCR) alta y baja se definió utilizando el punto de corte del percentil 75 como ≥0.42 y <0.42 mg/dL, respectivamente. Se utilizó absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA) para determinar la composición corporal. Se crearon modelos de regresión logística para examinar las asociaciones con el estado ANA.
Resultados: 2552 participantes se incluyeron en nuestros análisis. Los participantes obesos eran mayores (p<0,001), más propensos a ser hombres (p=0,004) y tener comorbilidades, y tenían niveles más altos de PCR (<0,001). Después del ajuste multivariable, la obesidad se asoció con una menor probabilidad de tener ANA (OR 0,78, IC del 95 %: 0,62-0,99). Sin embargo, al agregar PCR transformada logarítmicamente en nuestro modelo, esta asociación dejó de ser significativa (OR 0,85, IC del 95 %: 0,62-1,15), y hubo evidencia de modificación del efecto por PCR (p = 0,12). Entre los participantes con PCR baja, la obesidad se asoció nuevamente con una probabilidad reducida de positividad de ANA (OR 0,69, IC del 95 %: 0,48-0,99), pero se observó una tendencia en la dirección opuesta en aquellos con PCR alta (OR 1,77, IC del 95 % 0,81-3,88). Al observar a los 1143 participantes obesos y con sobrepeso con PCR baja, la positividad de ANA se asoció con una mayor prevalencia de enfermedad cardiovascular (p = 0,02) y un mayor porcentaje de grasa corporal total (p = 0,007), grasa del tronco (p = 0,02) y grasa no troncal (p=0,004). Esta asociación, sin embargo, no se encontró en el grupo de PCR alta.
Conclusión: En la población general la asociación de obesidad con ANA se ve modificada por la presencia de inflamación sistémica medida por PCR, donde la asociación inversa encontrada previamente se elimina al controlar por PCR. Esta relación inversa se mantiene entre los participantes obesos con PCR baja, cuando estos participantes obesos y con sobrepeso son ANA positivos; se asocia con una mayor cantidad de grasa corporal total y del tronco. Es posible que la composición corporal esté impulsando la autoinmunidad en la población general incluso en ausencia de inflamación sistémica.

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