Revista de Síndromes Genéticos y Terapia Génica

Revista de Síndromes Genéticos y Terapia Génica
Acceso abierto

ISSN: ISSN: 2157-7412

abstracto

Terapias basadas en células madre en esclerosis múltiple

Kimiskidis VK y Fassas A

El método de terapia inmunosupresora intensiva seguida de trasplante autólogo de células madre hematopoyéticas (TPH) se ha utilizado en los últimos dieciocho años para el tratamiento de formas graves de esclerosis múltiple (EM) y se ha afirmado que produce resultados superiores. Sin embargo, todavía no es un método establecido para el tratamiento de la EM, porque no ha demostrado su eficacia superior en ensayos comparativos, debido a las dificultades metodológicas y la falta de reclutamiento suficiente de pacientes. La principal crítica ha sido la toxicidad asociada al trasplante y un riesgo de mortalidad de aproximadamente el 3%. Según los resultados de estos estudios, el HSCT tiene un efecto sostenido en la supresión de la progresión de la enfermedad durante largos períodos de tiempo, mientras que también puede lograr una mejoría clínica sostenida, especialmente si los pacientes están en la fase de recaída-remisión o tienen resonancia magnética nuclear (RMN) activa ( MRI) lesiones. Tres puntos particulares merecen ser destacados: (a) la erradicación de casi el 100% de las lesiones activas del Sistema Nervioso Central (SNC) en la RM, sostenida en el tiempo; (b) el efecto dramático sobre los llamados “malignos” formularios MS; (c) los cambios inmunológicos cualitativos posteriores al TCMH que dan como resultado la reconstitución de la diversidad clonal y la regeneración de células reguladoras. Aún no se ha demostrado definitivamente si esto último cambia, también puede resultar en tolerancia inmunológica. Un enfoque alternativo al HSCT implica el trasplante de células madre mesenquimales (MSC). Este interesante enfoque se ha explorado en un número limitado de estudios de fase I/II con resultados prometedores que esperan confirmación en el contexto de ensayos controlados a mayor escala. En conclusión, el HSCT no es una terapia para la población general de pacientes con EM; es una terapia poderosa con beneficios a largo plazo que deben sopesarse frente a ciertos riesgos de toxicidad; y en situaciones críticas, como la muy agresiva, rápidamente progresiva y refractaria “maligna” forma, puede tener un efecto que salve vidas con una mejora significativa y duradera de la discapacidad.

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