ISSN: 2167-0277
Swathy Puthalapattu, Jesse Roman-Rodriguez, Rafael L Perez, Srinivas Bhadriraju y Octavian C Ioachimescu
Propósito: El objetivo de esta encuesta fue recopilar datos sobre la incidencia de varios trastornos del sueño, particularmente del sueño. apnea, en sujetos con FPI que participaron en un seminario regional orientado al paciente sobre esta condición. Presumimos que la frecuencia de apnea obstructiva del sueño (AOS) y trastornos psiquiátricos del sueño sería desproporcionadamente alta en la población con FPI. Métodos: El proyecto fue una encuesta única administrada a pacientes estables con FPI y sus familiares del sureste de EE. UU. que participaron en el programa “Living with IPF” seminario público en el campus de la Universidad de Emory. La encuesta utilizó un cuestionario validado, es decir, el Cuestionario de Trastornos del Sueño (SDQ), para detectar la presencia de Apnea del Sueño (SA) y trastornos del sueño seleccionados: Síndrome de Piernas Inquietas (RLS), Trastornos Psiquiátricos del Sueño (PSY) y narcolepsia (NAR). El cuestionario se administró a todos los participantes (con y sin FPI), de manera confidencial. Los hallazgos se usaron para determinar si había diferencias en la incidencia de SA y otros trastornos del sueño entre las personas con FPI y las que no tenían la enfermedad.
Resultados: Un total de 52 personas aceptaron participar en el estudio. Se excluyó un sujeto debido a un estado poco claro de FPI. La mediana de las puntuaciones brutas SDQ en pacientes con FPI para SA, RLS, PSY y NAR fueron 28,7, 27,1, 26,2 y 26,5, respectivamente; en general, no fueron estadísticamente diferentes en los pacientes con FPI frente a los sujetos de control. Sin embargo, como se validó en otros estudios, los pacientes con antecedentes de OSA tenían puntajes SDQ-SA significativamente más altos.
Conclusiones: El presente estudio tuvo como objetivo investigar transversalmente la incidencia de las condiciones del sueño autoinformadas en pacientes con FPI versus controles de familiares sanos. En general, no encontramos una incidencia desproporcionadamente mayor de trastornos del sueño en