ISSN: 2167-0420
José Luis Turabian
El brote actual de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) continúa propagándose y afecta a muchos países y territorios de todo el mundo. La pandemia de COVID implica que es la primera vez que las diferencias de sexo y género se hacen evidentes en el mundo. El COVID-19 supone un mayor riesgo para los hombres, por motivos biológicos y culturales. Es probable que los hombres tengan una condición clínica más complicada y peores resultados en el hospital y tengan hábitos de salud más dañinos en comparación con las mujeres. Por otro lado, en la pandemia del COVID-19 se pueden observar mayores afectaciones psicosociales en las mujeres, en relación al trabajo, familia, transmisión intrafamiliar y cuidado de los hijos, afectación por la cuarentena, etc., lo cual se ve agravado por el hecho de que la mayoría de los trabajadores de la salud son mujeres. Los resultados para las mujeres en situaciones de crisis son significativamente peores. Los efectos diferenciales por sexo y género del brote de COVID-19, tanto directos como indirectos, deben considerarse prioritarios. Los estudios futuros sobre COVID-19 deberían incorporar una atención más sistemática al sexo y el género en temas como los ensayos y tratamientos de vacunas en curso para el coronavirus, la investigación sobre si los síntomas de COVID-19 son los mismos para hombres y mujeres, cómo podemos evitar que las mujeres traigan la infección a las familias, así como incorporar plenamente a las mujeres en los mecanismos de vigilancia, detección y prevención de la seguridad sanitaria mundial.