ISSN: 2161-1068
Chacha M. Issarow, Robin Wood y Nicola Mulder
Gran parte de nuestro conocimiento actual sobre la transmisión de Mycobacterium tuberculosis (MTB) se origina en estudios seminales in vivo de humanos a conejillos de Indias, realizados en la década de 1950. Se ha utilizado una metodología similar para investigar la coinfección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y la tuberculosis multirresistente. Sin embargo, todos estos estudios han tenido que conciliar la necesidad de utilizar altas tasas de ventilación en las instalaciones para disminuir los riesgos de infección de persona a persona y demostrar la transmisión de persona a conejillo de Indias. Si bien estos estudios demuestran que el contagio de tuberculosis (TB) puede transmitirse por el aire, también estimaron una infectividad extremadamente baja de los casos de TB. Sin embargo, la infectividad calculada se basó en un concepto teórico de infección cuántica y asumió que el modelo de conejillo de indias tenía una sensibilidad del 100 % para la detección remota de organismos viables de TB en el aire altamente diluido que sale de la instalación. La alta ventilación de las instalaciones disminuye notablemente la probabilidad de una infección exitosa del conejillo de Indias tanto por la dilución del aliento exhalado como por la disminución de la proporción de aire muestreado por los conejillos de Indias. En este estudio, utilizamos un nuevo modelo matemático basado en la distribución de Poisson y datos experimentales previos de conejillos de Indias para cuantificar una estimación más realista de la cantidad de organismos infecciosos necesarios para producir una infección exitosa para los conejillos de Indias expuestos en los estudios in vivo. Además, exploramos la probabilidad de que los cobayos expuestos adquieran la infección en estos estudios. Descubrimos que los estudios in vivo hasta la fecha se subestimaron para demostrar la transmisión derivada de cualquier caso infeccioso excepto los más productivos. Los cuatro estudios in vivo tienen una probabilidad notablemente baja de infección de los conejillos de indias expuestos debido a las altas tasas de ventilación o al modelo matemático insensible utilizado en estos estudios. Por lo tanto, nuestro análisis sugeriría que la producción de organismos infecciosos por casos de TB podría haber sido marcadamente subestimada. Esta reevaluación de la infectividad de los conejillos de indias es compatible con los hallazgos recientes de cantidades muy altas de genomas de TB presentes en entornos de atención médica y la distribución muy diversa de cepas de TB presentes en entornos altamente endémicos, lo que indica una multiplicidad de fuentes infecciosas.