ISSN: 2167-0870
Andrea Marino*, Federica Cosentino, Alessio Pampaloni, Daniele Scuderi, Vittoria Moscatt, Manuela Ceccarelli, Maria Gussio, Anna Onorante, Aldo Zagami, Salvatore Torrisi, Silvana Grasso, Benedetto Maurizio Celesia, Francesco Benanti, Vincenzo Boscia, Giovanni Vinci, Licia Larocca, roberto Bruno, Savino Borraccino, Giuseppe Nunnari, Bruno Cacopardo
Antecedentes: desde finales de 2019, el SARS-CoV2 se ha extendido por todo el mundo, lo que llevó a la OMS a declarar un estado de pandemia. Italia resultó profundamente afectada por la infección, especialmente el Norte. Aunque no existe un tratamiento específico probado para la infección y para la enfermedad pulmonar, se han ensayado varias moléculas siempre comparando eficacia y efectos colaterales. El soporte de oxígeno juega un papel clave en el manejo de este tipo de pacientes junto con la colaboración con los especialistas en cuidados intensivos. Este caso se trata de un paciente con COVID-19 cuyos parámetros clínicos se deterioraron a los pocos días del ingreso y que había sido tratado tanto con Tocilizumab como con Oxigenación Nasal de Alto Flujo. Presentación del caso: una mujer caucásica de 55 años ingresó al servicio de urgencias debido a fiebre y disnea. Su radiografía de tórax mostró áreas de vidrio esmerilado bilaterales y los exámenes de sangre revelaron marcadores inflamatorios elevados junto con linfopenia. La RT-PCR para SARS-CoV2 resultó positiva y el paciente fue trasladado a nuestra Unidad. Iniciamos administración de terapia antiviral con Lopinavir/ritonavir, hidroxicloroquina más azitromicina, junto con terapia antibiótica y tratamiento anticoagulante. A pesar de la terapia, sus condiciones clínicas comenzaron a deteriorarse junto con los hallazgos de la radiografía de tórax y los parámetros de gases en sangre arterial. Los marcadores inflamatorios también estaban elevados. Iniciamos Oxigenación con Cánula Nasal de Alto Flujo (HFNC) junto con la administración de Tocilizumab. En dos días, los datos de frecuencia respiratoria y gases en sangre arterial mejoraron y la radiografía de tórax también mejoró. En seis días, comenzó a disminuir HFNC y, después de diez días, se detuvo. Debido a la importante mejoría clínica y radiológica junto con dos resultados negativos en RT-PCR para SARSCoV2, el paciente fue dado de alta. Conclusiones: Es indiscutible que necesitamos más datos y pautas sobre las terapias del COVID19 que nos orienten a través del correcto comportamiento clínico para garantizar el mejor tratamiento a estos pacientes