ISSN: 2167-1044
Maud Rotharmel*, Pierre Quesada, Vincent Compere y Olivier Guilllin
El trastorno depresivo mayor (MDD), también conocido como depresión clínica, es una afección médica importante que puede afectar muchas áreas de su vida. Afecta el estado de ánimo y el comportamiento, así como varias funciones físicas, como el apetito y el sueño. Las personas con MDD a menudo pierden interés en las actividades que alguna vez disfrutaron y tienen problemas para realizar las actividades cotidianas. Ocasionalmente, también pueden sentir que la vida no vale la pena vivirla. Algunas personas con MDD nunca buscan tratamiento. Sin embargo, la mayoría de las personas con este trastorno pueden mejorar con tratamiento. Los medicamentos, la psicoterapia y otros métodos pueden tratar eficazmente a las personas con MDD y ayudarlas a controlar sus síntomas. No se conoce la causa exacta del TDM. Sin embargo, hay varios factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar la afección. Una combinación de genes y estrés puede afectar la química del cerebro y reducir la capacidad de mantener la estabilidad del estado de ánimo. Los cambios en el equilibrio de las hormonas también podrían contribuir al desarrollo de MDD. MDD también puede ser desencadenado por el abuso de alcohol o drogas, ciertas condiciones médicas, como cáncer o hipotiroidismo, tipos particulares de medicamentos, incluidos los esteroides. El MDD a menudo se trata con medicamentos y psicoterapia. Algunos ajustes en el estilo de vida también pueden ayudar a aliviar ciertos síntomas. Las personas que tienen MDD grave o que tienen pensamientos de hacerse daño a sí mismos pueden necesitar permanecer en el hospital durante el tratamiento. Algunos también pueden necesitar participar en un programa de tratamiento ambulatorio hasta que los síntomas mejoren. Este artículo explica cómo la terapia electroconvulsiva (ECT) sigue siendo una de las intervenciones más efectivas para MDD.