ISSN: 2155-6148
Eltigani Abdelaal, Jimmy MacHaalany, Yoann Bataille y Olivier F. Bertrand
Debido a su seguridad superior y virtual eliminación de las complicaciones en el sitio de acceso, el acceso transradial para el cateterismo cardíaco y las intervenciones está ganando popularidad en todo el mundo. Hay varios tipos de equipos de punción y vainas introductoras disponibles para la punción radial, y su uso depende de la disponibilidad y los patrones de práctica locales. Los agentes farmacológicos se usan de forma rutinaria junto con este enfoque para minimizar el espasmo radial, la trombosis y la oclusión posterior. Hoy en día, prácticamente cualquier intervención coronaria se puede realizar de forma segura y eficaz por vía transradial.
La oclusión de la arteria radial después de un cateterismo cardíaco transradial es relativamente poco común y, aunque generalmente es silenciosa, debe evitarse a toda costa, ya que limita el acceso radial futuro. Su fisiopatología es multifactorial e implica la interacción de varios factores como el traumatismo local, asociado a la formación de trombos locales, y que conduce a la oclusión en un tiempo variable, con un porcentaje de recanalización espontánea. Los pacientes con diabetes, enfermedades vasculares, bajo peso corporal y aquellos que se someten a procedimientos repetidos están en riesgo. Puede evitarse seleccionando adecuadamente a los pacientes aptos para esta técnica, usando anticoagulación con heparina y introductores de tamaño adecuado. De crucial importancia es la pronta extracción de la vaina arterial radial después del procedimiento y la implementación de la técnica de hemostasia permeable.