ISSN: 2329-9096
Pinedo S, SanMartin V, Zaldibar B, Miranda M, Tejada P, Erazo P, Lizarraga N, Aycart J, Gamio A, Gomez I y Bilbao A
Antecedentes: La discapacidad después de un ictus conduce al deterioro de la calidad de vida (CV) no solo de los pacientes, sino también de sus familiares. Identificar qué variables relacionadas con el paciente tienen mayor impacto en los cuidadores’ QoL nos permitirá mejorar las intervenciones de rehabilitación.
Objetivo: Evaluar la CV de los pacientes tras un ictus y la de sus cuidadores principales. Un objetivo secundario fue analizar las posibles relaciones entre las variables relacionadas con el paciente y los aspectos más afectados de los cuidadores’ calidad de vida.
Métodos: Estudio de cohorte prospectivo. Los datos sociodemográficos, el estado cognitivo, la afasia, la disfagia y la discapacidad se evaluaron 6 meses después del ictus. La calidad de vida de los pacientes y cuidadores se evaluó mediante la Encuesta de salud de formato corto de 36 ítems (SF-36).
Resultados: Se evaluaron 157 pacientes y 119 cuidadores. Los pacientes tenían una edad media de 70,9 ± 11,8 años e índice de Barthel de 77,15 ± 22.77. El cuidador suele ser una mujer (74%) y una edad media de 58,8 ± 12,43 años. Los pacientes con ictus y los cuidadores percibieron un deterioro en su CV, siendo más marcado en el caso de las mujeres. Los pacientes de mayor edad obtuvieron peores puntuaciones en función física. En los cuidadores, la puntuación total del componente físico del SF-36 fue más baja cuando los beneficiarios de los cuidados tenían un estado funcional más deficiente y/o dificultad para tragar, mientras que la puntuación total del componente mental fue menor cuando los beneficiarios de los cuidados eran más jóvenes y/o hombres.
Conclusiones: La discapacidad de los pacientes tras un ictus tiene un impacto negativo en su calidad de vida y la de su cuidador principal. El grado de discapacidad y disfagia de la persona cuidada tiene el mayor impacto en los cuidadores’ salud física y mental.