Medicina de Urgencias: Acceso Abierto

Medicina de Urgencias: Acceso Abierto
Acceso abierto

ISSN: 2165-7548

abstracto

Calidad de la atención del departamento de emergencias para ancianos

Ravishankar Jayadevappa

Con el envejecimiento de la población y el cambio demográfico de los ancianos en el sistema de atención médica, los departamentos de emergencia enfrentarán cada vez más desafíos con las complejidades de brindar atención a los pacientes geriátricos. Los principales consumidores de atención médica de emergencia en los hospitales de EE. UU. tienen más de 65 años [1]. En 2009, el 25 % de los adultos de 65 años o más tuvo al menos una visita al departamento de emergencias en el último año y el 8 % tuvo varias visitas [1]. La tasa de visitas a la sala de emergencias por parte de los ancianos creció un 34 por ciento durante la década de 1993 a 2006, más rápido que cualquier otro grupo [2]. Las proyecciones son que, si esta tendencia continúa, las visitas de los ancianos casi podrían duplicarse para 2013 a 11,7 millones, frente a los 6,4 millones de 2003 [2]. Otra dimensión de la atención del departamento de emergencias es la presencia de diferencias raciales en el uso. Las visitas de los ancianos negros durante el período de 10 años estudiado aumentaron un 93 % a 77 visitas por cada 100 habitantes, mientras que el aumento fue solo del 26 % para los blancos, o 36 visitas por cada 100 habitantes. El rápido aumento de las visitas a la sala de emergencias por parte de los ancianos está alimentando los temores de que la demanda de los ancianos abrume un sistema superpoblado que ya está al borde del colapso. Si bien las razones de la mayor demanda son menos claras, pueden incluir más ancianos que sobreviven con problemas médicos crónicos, así como problemas para acceder a médicos de atención primaria. Los ancianos generalmente presentan condiciones médicas complejas, se quedan más tiempo para pruebas de diagnóstico y regímenes de tratamiento más extensos, y tienen necesidades especiales durante su visita. Actualmente, el diseño físico y el cuidado que se brinda a los adultos mayores no está alineado con sus necesidades especiales. La clasificación y el diagnóstico rápidos pueden no ser factibles en ancianos con múltiples comorbilidades, polifarmacia, deterioro funcional y cognitivo y que presentan signos y síntomas clínicos atípicos.

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