ISSN: 2167-0374
Sinan Ãaya
Ser un prisionero de guerra es una experiencia horrible. En un campo de prisioneros de guerra, uno suele estar solo en medio de la multitud. Sólo la cohesión del grupo y la disciplina continua pueden suavizar este horrible sentimiento, así como los intentos de mejorar las condiciones de vida o los preparativos decididos y resolutivos para una eventual fuga. Este ideal de escape es una inmensa fuente de motivación para la supervivencia y la perseverancia. Los prisioneros turcos en los campos de prisioneros de Corea constituyen un ejemplo fantástico de buena moral y solidaridad de camarada, a este respecto; como lo reconocen muchos sociólogos militares.