ISSN: 2576-1471
Elie Hatem* y Sandy Azzi*
El estrés oxidativo resulta de un desequilibrio entre la producción y su eliminación por parte de los sistemas antioxidantes celulares. Esto conduce a la acumulación de ROS que tienen un efecto nocivo sobre macromoléculas biológicas vitales. Ahora está bien establecido que las células cancerosas presentan un estado prooxidante debido a anomalías metabólicas y genéticas. El desequilibrio en la homeostasis redox en las células cancerosas promueve la inestabilidad genómica que lleva a la activación de oncogenes, disfunción mitocondrial y una alteración en las actividades antioxidantes. Todos estos eventos pueden aumentar aún más los niveles de ROS, causando más daño en el ADN e inestabilidad genética. Este círculo vicioso es “beneficioso” para el proceso de carcinogénesis y numerosos informes han demostrado el papel fundamental de ROS en el inicio del cáncer, la migración celular, la invasión y la metástasis. Para hacer frente a esta desregulación redox sostenida, es muy probable que las células cancerosas utilicen toda la capacidad antioxidante de sus sistemas enzimáticos y no enzimáticos. Por lo tanto, las células cancerosas dependen en gran medida de sus sistemas antioxidantes y, en especial, de las enzimas antioxidantes. Siguiendo con esto, apuntar al sistema antioxidante enzimático podría ser una estrategia eficiente para matar preferentemente las células cancerosas al aumentar los niveles intracelulares de ROS más allá de un cierto "umbral"; de tolerancia que finalmente lleva a la muerte de células cancerosas específicas. En esta revisión, presentamos una descripción general de la generación de ROS y nos centramos en la implicación de las ROS en la iniciación del cáncer, la transición epitelial-mesenquimatosa, la migración celular, la invasión y la metástasis, así como el fenotipo similar al tallo del cáncer. Finalmente, presentamos diferentes enfoques terapéuticos que se dirigen al sistema antioxidante enzimático para matar selectivamente las células cancerosas.