ISSN: 2329-8790
Gaafar Ragab, Mervat Mattar
El síndrome antifosfolípido comprende un amplio espectro de manifestaciones con eventos trombóticos como un problema grave. El pilar actual del tratamiento del síndrome antifosfolípido trombótico es la heparina seguida de anticoagulación a largo plazo con antagonistas de la vitamina K. Antagonistas de la vitamina K’ el manejo en este grupo de pacientes suele ser engorroso, requiere una estrecha vigilancia y puede afectar la calidad de vida del paciente. También hay una alta tasa de recurrencia en pacientes de alto riesgo. La introducción de los inhibidores orales directos de la coagulación para el manejo del tromboembolismo está actualmente establecida para varias indicaciones. Estos agentes se administran en dosis fijas con un efecto anticoagulante predecible y no interactúan con los constituyentes de la dieta y tienen pocas interacciones farmacológicas. Tienen un inicio de acción rápido y no requieren monitoreo rutinario. Las deficiencias de los antagonistas de la vitamina K y las ventajas de los inhibidores directos orales alentaron su ensayo en el síndrome antifosfolípido. Las series de casos de su uso allanaron el camino para el diseño de ensayos clínicos con el objetivo de estudiar su papel potencial en este importante grupo de pacientes. En este artículo, revisamos la literatura sobre el estado actual de los anticoagulantes orales directos en el tratamiento de la trombosis en general, citamos los resultados de series de casos y presentamos los ensayos clínicos en curso que están actualmente en marcha. También planteamos algunos puntos prácticos relevantes para su aplicación en situaciones específicas. Es prematuro pasar comentarios sobre su aplicabilidad, pero la gravedad del problema