ISSN: 2155-9554
Alessia Paganelli, Federico Garbarino, Chiara Fiorentini, Laura Bigi, Cristina Magnoni
Describimos el caso de una mujer de 84 años remitida a nuestra consulta sin diagnóstico establecido en el año 2015 por la presencia de úlceras cervicales múltiples desde el año 2013, cuando fue intervenida de cirugía vascular de la carótida arterias Las úlceras tenían bordes violáceos infiltrados e inflamados activamente; tenían picazón y mostraban signos de rascado. Al paciente ya se le habían prescrito diferentes tratamientos antibióticos, sin mejoría clínica. También se habían realizado múltiples biopsias, pero la histología no fue diagnóstica, mostrando un infiltrado inflamatorio dérmico inespecífico. A pesar del tratamiento óptimo del cuidado de la herida, observamos un empeoramiento dramático de las lesiones cutáneas, que se extendían desde el cuello hasta el vértice, especialmente en los sitios de traumatismos menores (por ejemplo, lesiones a partir de rasguños). La presencia de patergia, que consiste en la aparición de lesiones en los sitios de trauma, sugirió el diagnóstico de pioderma gangrenoso. Posteriormente se pautó tratamiento con glucocorticoides sistémicos, con mejoría rápida y remisión clínica casi completa. Nuestro caso confirma la importancia de la anamnesis y la recogida detallada de los síntomas asociados a las manifestaciones clínicas en dermatosis dermatológicas como el pioderma gangrenoso donde los hallazgos de imagen, histología y laboratorio muchas veces no son de mucha ayuda para un diagnóstico correcto.