ISSN: 2161-0932
Binny Thomas, Palli Valappila Abdul Rouf, Moza Al-Hail, Doua al Saad, Asma Tharannum, Wessam elKassem y Nora Al-hail
Las náuseas y los vómitos son síntomas comunes experimentados por 50– 90% de las mujeres en el embarazo temprano. ‘Náuseas matutinas’ es un nombre inapropiado que se usa con frecuencia para describir las náuseas y los vómitos en el embarazo (NVP), aunque los síntomas pueden persistir durante todo el día y/o la noche. Las mujeres embarazadas experimentan estos síntomas principalmente en el primer trimestre entre las 6 y las 12 semanas de gestación, pocas de ellas continúan hasta las 20 semanas de gestación mientras que en otras pocas continúan durante todo el embarazo. El problema alcanza su punto máximo a las 9 semanas de gestación y aproximadamente el 60% de las NVP se resuelven al final del primer trimestre. En una minoría muy pequeña de estos pacientes, los síntomas se vuelven severos y conducen a deshidratación, pérdida de peso, vómitos excesivos y hospitalización obligatoria; esta condición se conoce como Hiperémesis Gravídica.
Fairweather D.V propuso la definición más utilizada de hiperemesis gravídica (HG). Él definió HG en base a los síntomas, vómitos superiores a tres veces al día con cetonurea significativa o pérdida de peso mayor o igual al 5% del peso previo al embarazo, desequilibrio electrolítico o agotamiento de líquidos, y el inicio ocurre entre las 4 y 8 semanas de embarazo hasta las 14. a las 16 semanas. Las náuseas y los vómitos en el embarazo son de etiología múltiple (niveles fluctuantes de progesterona, estrógenos, hormona estimulante de la tiroides (TSH), movimiento peristáltico lento del tracto gastrointestinal (GI)); sin embargo, el mecanismo exacto aún no está claro.
Dada la incertidumbre en el tratamiento de las NVP, tanto las pacientes como los profesionales de la salud a menudo temen el uso de medicamentos antieméticos durante el embarazo debido al riesgo potencial para el feto y la madre. La manifestación de náuseas y vómitos en el embarazo es diferente entre cada mujer, por lo que su manejo debe adaptarse de manera similar. Un tratamiento precoz de las náuseas y los vómitos es importante y beneficioso ya que previene que se presenten de forma más grave, o una posible hospitalización, y previene problemas tanto emocionales como psicológicos. Es muy importante que las mujeres y los proveedores de atención médica entiendan que un tratamiento de NVP seguro y efectivo beneficia tanto al feto como a la madre, por lo que todas las opciones de tratamiento deben estar abiertas y consideradas.
Sin embargo, dada la prevalencia generalizada de las náuseas y los vómitos, sus efectos adversos y efectos sobre las condiciones psicológicas de las mujeres embarazadas, es necesario tratarlos con eficacia y seguridad durante las etapas de desarrollo embrionario y fetal. Es importante evaluar la exposición en el primer trimestre para controlar el potencial teratogénico del fármaco; sin embargo, los ensayos controlados aleatorios rara vez se realizan en mujeres embarazadas por razones éticas. Mientras que los estudios epidemiológicos realizados son observacionales y carecen de fuerza poblacional para establecer la seguridad y el riesgo involucrado. Esta revisión se centrará principalmente en los fármacos farmacológicos utilizados en el tratamiento de la NVP y explorará su seguridad y eficacia y la práctica basada en la evidencia. Ha habido muchos estudios que examinan la seguridad de los fármacos utilizados en las NVP y pocos de ellos están cubiertos en esta revisión. Las modificaciones dietéticas, del estilo de vida y los enfoques no farmacológicos no se tratan en esta sección.