ISSN: 2329-6917
Alvarado Ibarra Martha, Mena Zepeda Veronica, Ortiz Zepeda Maricela, Alvarez Vera José, Espitia RÃos Maria, Jiménez Alvarado Rosa and Lopez Hernández Manuel Antonio
El propósito de este estudio fue reportar los resultados terapéuticos obtenidos a partir de protocolos prospectivos en el Servicio de Hematología de nuestro hospital, a lo largo de este siglo, ante nuevos fármacos. fueron usados. Todos los pacientes recibieron quimioterapia (solo un grupo reciente también recibió rituximab). Todos los pacientes con LCL atendidos en el Servicio de Hematología del Centro Médico Nacional (CMN) 20 de Noviembre, ISSSTE. Los pacientes incluidos en este estudio fueron diagnosticados con LCL y cumplieron con los siguientes criterios: linfocitosis persistente por encima de 5 × 109/L, durante más de tres meses; morfología linfocítica típica, con menos del 10% de formas inmaduras; inmunofenotipo de cepa B con CD5, CD19, CD 79a, CD 20, CD22, CD23, CD24, CD25+ SmIg de baja intensidad; 30%+ células linfáticas en la médula ósea. Desde 2001 hasta finales de 2016, se atendieron de novo 2.857 pacientes. De estos pacientes, 61 fueron diagnosticados de LCL (2,1%). Veinticuatro pacientes padecían enfermedades crónicas cuando se diagnosticó LCL; Diabetes Mellitus tipo 2 en 14 pacientes; uremia en 4 pacientes, cardiopatía en 3 pacientes; los restantes fueron hipertensión arterial sistémica (2) y artritis reumatoide (1). Hasta 2004, el tratamiento terapéutico de primera línea era solo CL. CF se aplicó durante los próximos cuatro años (hasta 2008). Por último, CFR se usa hasta 2016. La falta de remisión solo se nota cuando no se administró tratamiento o se administró tratamiento CL o CF. Las mejores respuestas se lograron con CFR (p=0,0001). CL toxicidad se encontró una sola vez (neutropenia). Hubo dos incidentes con FQ: neutropenia y pancitopenia. La RFC se relacionó con dos casos de pancitopenia (p= 0,52). En el análisis multivariado, la leucocitosis linfocítica fue un predictor negativo para SLP y SG y el recuento de células linfáticas para la médula ósea. Por tanto, la leucocitosis linfocítica es la variable más frecuente relacionada con el pronóstico. Parece razonable que al ser un referente del nivel neoplásico se pueda utilizar como indicador fiable. Sin embargo, este hallazgo no ha sido consistente, aunque otros autores lo han reportado. En comparación con los nuevos datos de pronóstico y los nuevos medicamentos, las variables aquí mencionadas son aplicables solo si se usan de acuerdo con los tratamientos usados aquí. Con nuevos medicamentos, se utilizarán nuevos datos de pronóstico.