ISSN: 2472-4971
Gaetano La Manna, Irene Capelli, Lorenzo Gasperoni, Giorgia Comai, Matteo Ravaioli, Antonio Marchetti, Paola Rucci, Giovanni Liviano D’Arcangelo, Stefano Faenza, Antonio Daniele Pinna, Maria Piera Scolari
Objetivo: la supervivencia del trasplante renal en el primer año después del trasplante ha mejorado significativamente, aunque a largo plazo los resultados son menos alentadores. En los últimos años ha aumentado la presión sobre la comunidad científica sobre la necesidad de perfeccionar los métodos para descubrir los posibles factores que pueden predecir la supervivencia del injerto a los 10, 20 años o más del trasplante. Pocos estudios previos han evaluado las características del paciente y del laboratorio asociadas con una supervivencia óptima del injerto a largo plazo. El objetivo de este estudio fue identificar posibles factores asociados con la supervivencia del riñón trasplantado a muy largo plazo.
Métodos: Estudiamos retrospectivamente a adultos que habían recibido trasplantes de riñón únicos por primera vez entre 1967 y 1991 en el Hospital S. Orsola en el Centro de Trasplante de Riñón en Bolonia. Comparamos el perfil clínico, inmunológico y de laboratorio de pacientes cuyos injertos aún funcionaban ≥ 20 años después del trasplante de riñón a aquellos cuyos trasplantes sobrevivieron <20 años.
Resultados: Identificamos 111 pacientes (24,5 %) que recibieron trasplantes con un injerto funcionante durante 20 o más años después del trasplante. Género femenino, donante vivo, edad del donante más joven, duración de la función del injerto retrasada (DGF) más corta, creatinina al año más baja y TFGe al año más alta predicha ≥ Supervivencia funcional del injerto a 20 años en los análisis univariados. En el análisis multivariante, solo el sexo femenino, la duración más corta del DGF y la creatinina y el eGFR de 1 año permanecieron como predictores significativos de supervivencia del injerto ≥ 20 años.
Conclusiones: Hasta donde sabemos, este es el primer informe de una supervivencia del injerto de 20 años asociada con la función renal de un año. Por ello, los esfuerzos deben dirigirse a preservar la función del injerto durante el primer año tras el trasplante renal. Además, hemos identificado una población de supervivientes de trasplantes renales a largo plazo que serán objeto de más estudios para aclarar el mecanismo de tolerancia inmunológica al trasplante.