ISSN: 2155-9880
Katharina Meszaros, Doris Wagner, Helmut Müller, Florian Iberer, Albrecht Schmidt, Rainer R Rienmüller, Rudolf Stauber, Peter Kornprat and Heinrich Mächler
La pericarditis constrictiva generalmente conduce a insuficiencia cardíaca, pero también puede causar enfermedades cardíacas adicionales. Presentamos un paciente que presentó disnea, derrames pericárdicos y pleurales recurrentes, así como ascitis. Un examen cardiológico inicial reveló un derrame pericárdico sin deterioro hemodinámico severo, pero sin signos de patologías adicionales. La ecografía abdominal mostró cirrosis hepática, que fue clasificada por laboratorio como grado B de Child. El paciente fue remitido a un centro de trasplante para evaluación de trasplante hepático. Durante el proceso de evaluación del trasplante hepático, la resonancia magnética (RM) cardiaca y la tomografía computarizada (TC) finalmente revelaron una pericarditis constrictiva no calcificante como origen de la cirrosis cardiaca y se programó al paciente para epicardiectomía peri y parcial.
Dos años después, los parámetros clínicos y bioquímicos del hígado se restauraron por completo. No hubo recurrencia de ascitis o derrames pleurales. En el seguimiento, la TC y la RM cardíacas demostraron la ausencia de constricción pericárdica, mientras que la ecografía hepática mostró una morfología hepática normal.
Este caso presenta una causa muy rara de cirrosis hepática y subraya la importancia de una evaluación cardíaca completa en caso de cirrosis hepática actual de causas desconocidas.