ISSN: 2155-9899
Lim Hwee Ying, Yeo Kim Pin y Angeli Veronique
Los vasos linfáticos se han considerado tradicionalmente como transportadores pasivos de lípidos, en particular del intestino. Sin embargo, se hizo evidente a partir de investigaciones emergentes que los vasos linfáticos pueden desempeñar un papel más importante en el metabolismo de los lípidos de lo que se creía anteriormente. Además, la evidencia reciente revela que la deposición de lípidos en forma de tejido adiposo blanco o colesterol, como se observa en la obesidad o la hipercolesterolemia, respectivamente, puede perturbar la función linfática. Esta revisión resume la evidencia que respalda una relación bidireccional entre la función linfática y el depósito de tejido adiposo blanco o colesterol en el tejido periférico en el contexto de la obesidad y la hipercolesterolemia. También discutimos los posibles mecanismos por los cuales la acumulación excesiva de grasa o colesterol en el tejido puede explicar la disfunción linfática. En particular, consideramos cómo los cambios fenotípicos y funcionales en el tejido adiposo, así como en los macrófagos que acompañan a la obesidad y la hipercolesterolemia, pueden afectar la vasculatura linfática. Además de su función de transporte, los vasos linfáticos juegan un papel esencial en la regulación de las respuestas inmunitarias inflamatorias y adaptativas. Por lo tanto, destacamos cómo la disfunción linfática asociada con la hipercolesterolemia puede influir en la inmunidad, la inflamación y la importancia para la aterosclerosis. La importancia emergente del sistema linfático en el metabolismo de los lípidos y la inmunidad subraya la necesidad urgente de encontrar intervenciones farmacológicas o quirúrgicas que puedan mejorar la función linfática que actualmente no están disponibles.