ISSN: 2472-4971
Riddhish T. Sheth, Shivang T. Sheth, Surendra P. Singh
La endometriosis se ha observado a lo largo de la historia, mucho antes de que la medicina moderna desarrollara una taxonomía y un tratamiento para esta afección benigna frecuente. La endometriosis fue descubierta microscópicamente y descrita en el siglo XIX por Von Recklinghausen. Estas lesiones ocurren comúnmente en mujeres en edad fértil y se pueden encontrar invadiendo cualquier órgano del cuerpo humano. Se presentan con dolor cíclico que aumenta y disminuye con el ciclo menstrual, dispareunia, dismenorrea y otros síntomas que reducen drásticamente la calidad de vida. La endometriosis puede tardar muchos años en producir síntomas perceptibles. Una causa seria de preocupación es cuando estas lesiones pasan desapercibidas y sufren una transformación maligna en carcinoma de células claras o carcinoma endometrioide. El pronóstico de estas neoplasias suele ser malo, lo que enfatiza aún más la importancia de la detección y la intervención quirúrgica temprana. Recomendamos que nuestras pacientes sean escuchadas atentamente y examinadas cuidadosamente durante los controles de rutina, especialmente si presentan síntomas ginecológicos conocidos o poco comunes. Hay muchas presentaciones de esta enfermedad con muchas teorías para explicar la fisiopatología, sin embargo, nuestro caso se centrará en la influencia iatrogénica durante los procedimientos abdominopélvicos. El caso de nuestra paciente involucra un caso raro de “endometriosis de la cicatriz inguinal” asociado con un dolor quemante que aumenta progresivamente a lo largo de una cicatriz quirúrgica acompañado de una masa subcutánea palpable.