ISSN: 2167-1044
Roland Backhaus, Elisabeth Torka, Michael Ertl, Lukas Kirzinger, Andrea Wagner, Dobri Baldaranov, Felix Schlachetzki y Kornelius Fuchs
Objetivo: La ventilación con presión positiva al final de la espiración (PEEP) se utiliza para prevenir el colapso alveolar y mejorar la oxigenación. La ventilación PEEP dificulta el reflujo venoso hacia la aurícula derecha, así como el flujo venoso desde el cerebro, incluida la médula espinal. Esto puede tener un efecto sobre el gasto cardíaco (CO) y podría resultar en una elevación de la presión intracraneal (PIC) — una causa importante de lesión cerebral secundaria. El objetivo de este estudio fue investigar el efecto de cambios moderados en los valores de PEEP sobre la hemodinámica y la perfusión cerebral en pacientes neurológicos que experimentan insuficiencia respiratoria.
Métodos: El estudio se centró en 7 pacientes de una unidad de cuidados intensivos neurológicos que padecían insuficiencia respiratoria. La velocidad del flujo sanguíneo cerebral se midió mediante ecografía dúplex transcraneal codificada por colores (TCCS), mientras que se realizaron cambios moderados en los niveles de PEEP (10 cm, 7 cm o 5 cm H2O) para investigar la velocidad del flujo sanguíneo arterial cerebral, el diámetro del tercer ventrículo y el desplazamiento de la línea media. . Simultáneamente, se midió el gasto cardíaco mediante un sistema de monitorización hemodinámica mínimamente invasivo (Vigileo® o PiCCO®).
Resultados: el aumento de la PEEP dio como resultado una tendencia no significativa hacia un aumento del volumen cerebral, como lo demuestra una leve regresión lineal de los cambios en el diámetro del tercer ventrículo. Sin embargo, no se observaron cambios significativos en los parámetros del flujo sanguíneo cerebral ni en los valores hemodinámicos, como la presión arterial, la frecuencia cardíaca o el gasto cardíaco.
Conclusión: Los cambios de bajos a moderados en la PEEP parecen aumentar ligeramente el volumen cerebral, pero los mecanismos compensatorios de autorregulación cerebral son suficientes para estabilizar la presión de perfusión cerebral y el estado del volumen intravasal. Los efectos de estos cambios en la PEEP pueden ser desafiantes en pacientes con alteración de la autorregulación cerebral (por ejemplo, en pacientes después de una hemorragia subaracnoidea o un traumatismo cerebral grave), así como en pacientes que requieren un alto nivel de ventilación PEEP (es decir, pacientes con problemas respiratorios agudos). síndrome de angustia). En tales pacientes, se justifica la monitorización de la hemodinámica cardiaca y la TCCS.