Revista de trastornos y terapia del sueño

Revista de trastornos y terapia del sueño
Acceso abierto

ISSN: 2167-0277

abstracto

La duración del sueño infantil está relacionada con el comportamiento de externalización a la edad de 18 meses: resultados de un estudio de cohorte holandés

Ilona Quaak, Marijke de Cock, Michiel de Boer y Margot van de Bor

Antecedentes: El sueño es esencial para el funcionamiento diurno de los niños. Los problemas del sueño se han relacionado con varios trastornos del comportamiento. En las últimas décadas, se ha prestado una atención creciente a la externalización del comportamiento problemático. Trabajos anteriores han indicado que los niños y adolescentes que presentan conductas problemáticas de externalización corren el riesgo de sufrir una variedad de trastornos en la edad adulta, que incluyen ansiedad, conducta disruptiva, problemas de humor y uso de sustancias. Varios estudios han demostrado que los problemas del sueño pueden estar relacionados con la externalización del comportamiento problemático; sin embargo, la investigación es limitada, especialmente entre niños menores de 18 meses.

Métodos: Se utilizaron datos de la cohorte holandesa de madres e hijos LINC (Vincular la nutrición materna con la salud infantil). Los patrones de sueño se evaluaron mediante diarios de sueño, que fueron llenados por los padres o el cuidador cuando el niño tenía tres, seis, nueve, doce y dieciocho meses de edad. Usando los diarios de sueño, se calculó la duración del sueño, los despertares nocturnos y los despertares tempranos para cada niño en cada momento. El comportamiento de externalización se evaluó utilizando la escala ‘Comportamiento de externalización’ de la Lista de Verificación del Comportamiento Infantil 1.5-5. Se realizaron análisis de modelos mixtos para determinar si debían incluirse intersecciones y/o pendientes aleatorias en los análisis relacionados con el desarrollo de las variables del sueño a lo largo del tiempo (0-18 meses). Se incluyó una intersección aleatoria y una pendiente aleatoria para la duración del sueño y los despertares nocturnos, mientras que para los despertares tempranos solo se agregó una intersección aleatoria. Posteriormente, se llevaron a cabo análisis de regresión lineal para estudiar la relación entre las características del sueño a lo largo del tiempo con el comportamiento de externalización como variable dependiente continua. Se revisaron los antecedentes familiares, el nivel educativo, el tabaquismo, el consumo de alcohol y el consumo de drogas ilícitas durante el embarazo para detectar posibles efectos de confusión. En total, se incluyeron datos de 85 a 91 parejas madre-hijo, dependiendo de la variable de sueño.

Resultados: se encontró que la intersección de la duración del sueño estaba significativamente relacionada con las puntuaciones de externalización en el CBCL (β=-2,35; IC=-4,31, -0,16; p=0,03). No se encontraron otros resultados significativos.

Conclusión/discusión: encontramos que la duración del sueño se relacionó significativamente con el comportamiento de externalización a los 18 meses. Más específicamente, nuestros resultados indican que los niños que duermen menos en promedio muestran un comportamiento más externalizante. Sin embargo, los resultados deben interpretarse con cautela ya que el tamaño de la muestra fue limitado. Los estudios futuros deberían hacer uso de diseños longitudinales y tamaños de muestra más grandes para confirmar la relación entre los patrones de sueño y el desarrollo del comportamiento a lo largo del tiempo.

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